Naciones Unidas identifica 12 nuevos tipos de nubes
La revisión del atlas de masas nubosas incluye formaciones como las asperitas, similares a la superficie del mar
La Organización Meteorológica Mundial presentará mañana el nuevo Atlas Internacional de Nubes, una publicación de referencia que no se actualiza desde 1987. Aquella edición en papel, anterior a la era de internet, ha llegado a ser un libro de culto entre los aficionados a observar el cielo.
El atlas se publicó por primera vez en 1896, con tan solo 28 imágenes en color. La edición de este año, en formato digital, incluye cientos de fotografías e identifica 12 nuevos tipos de nubes. Como los animales, las nubes se clasifican en géneros, especies y otras categorías inferiores, con nombres en latín. Los géneros describen la apariencia aproximada de las nubes y dónde se forman, como ocurre con los altocumulus, unas formaciones que en el cielo parecen un rebaño y protagonizan el refrán “Borreguitos en el cielo, charquitos en el suelo”. El nuevo atlas no añade ningún nuevo género a los 10 ya existentes.
La versión de 2017 sí describe una nueva especie, bautizada volutus o nube enrollada. Es una masa nubosa de escasa altura, en forma de tubo que parece enrollarse en un eje horizontal, según detalla un comunicado de la Organización Meteorológica Mundial. La institución, de Naciones Unidas, también incluye una nueva nube accesoria, denominada flumen o cola de castor. Suele aparecer asociada a fuertes tormentas en rotación conocidas como supercélulas.
La entidad añade a su vez cinco nuevos rasgos complementarios: asperitas, cavum (con un agujero), cauda (o nube de cola), fluctus y murus (o nube de muro). El primero, asperitas, llega al atlas entre un clamor popular, gracias a una campaña de la asociación británica Cloud Appreciation Society, dedicada a promover la admiración de las masas nubosas. La ONG propuso su inclusión en 2008, después de que muchos de sus miembros captaran por todo el mundo fotografías de nubes que se asemejaban a la superficie ondulante del mar vista desde abajo. “Es el clásico ejemplo de ciencia ciudadana, en la que las observaciones de la población, permitidas por la tecnología de los teléfonos inteligentes e internet, han influido en un sistema de clasificación oficial”, sostiene la asociación.
El nuevo atlas también introduce cinco nubes especiales más. Cuatro de ellas están relacionadas con factores localizados que disparan la formación de las nubes: cataractagenitus, vinculadas a cataratas; flammagenitus, observadas sobre fuentes de calor intenso, como incendios forestales; silvagenitus, típicas de bosques húmedos; y homogenitus, generadas a partir de las estelas de condensación que dejan los aviones. Las homomutatus son nubes ya existentes que se modifican con el paso de aeronaves.
“Han tardado 30 años, pero han hecho una revisión bastante buena. Es una guía de referencia que ya era necesaria”, opina el especialista español Rubén del Campo, observador de nubes en la Agencia Estatal de Meteorología. El nuevo atlas incluye una imagen tomada por él de un cirrus castellanus, una nube poco frecuente con una especie de torrecillas.
MANUEL ANSEDE. EL PAIS
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Interesting/useful/nothing special