A petición de los alumnos del Seminario de Religión de 2º de Bachillerato.
CARTA ENCÍCLICA “LAUDATO SI”
Carta encíclica del Papa Francisco
sobre el cuidado de la casa común
Lo que está pasando a nuestra casa.
Las reflexiones teológicas o
filosóficas sobre la situación de la humanidad y del mundo pueden sonar a
mensaje repetido y abstracto si no se presentan nuevamente a partir de una
confrontación con el contexto actual, en lo que tiene de inédito para la
historia de la humanidad. Por eso, antes de reconocer cómo la fe aporta nuevas
motivaciones y exigencias frente al mundo del cual formamos parte, propongo
detenernos brevemente a considerar lo que le está pasando a nuestra casa
común…Después de un tiempo de confianza irracional en el progreso y la
capacidad humana, una parte de la sociedad está entrando en una etapa de mayor
conciencia. Se advierte una creciente sensibilidad con respecto al ambiente y
al cuidado de la naturaleza…Pero el objetivo no es recoger información o saciar
nuestra curiosidad, sino tomar dolorosa conciencia, atrevernos a convertir en
sufrimiento personal lo que le pasa al mundo y así reconocer cuál es la
contribución que cada uno puede aportar.
En nuestra opinión, dos ideas
fuerza aparecen en el primer capítulo de la encíclica. Por un lado, la que
acabamos de recoger: debemos sentir el problema como nuestro, de tal forma que
nos “duela”. Y a lo largo de este capítulo la otra idea a recalcar es que son
los pobres los que más tienen que perder ante este problema global.
A continuación vamos a exponer una
síntesis de los temas que trata en el primer capítulo:
1.
Contaminación y cambio climático. La contaminación, la basura y la
cultura del descarte son problemas que nos afectan a todos. En este sentido es
fundamental entender el clima como bien común y ser conscientes de que el
cambio climático es un problema global con graves dimensiones ambientales,
sociales, económicas, distributivas y políticas, y lo plantea como uno de los
principales desafíos actuales para la humanidad.
2.
La cuestión del agua. El hombre debe entender que es
imposible sostener el actual nivel de consumo de los países más ricos.
3.
La pérdida de biodiversidad. Los recursos de la tierra también
están siendo objeto de depredación y devastación a causa de formas
inmediatistas de entender la economía y la actividad comercial productiva.
4.
El deterioro de la calidad de la vida
humana y degradación social. No debemos olvidar que la
degradación humana y ética están íntimamente unidas.
5.
Iniquidad planetaria. En lugar de resolver los problemas
de los pobres se piensa en reducir la natalidad. Se culpa al aumento de la
población y no al consumismo extremo y selectivo de algunos.
6.
Debilidad de las reacciones. Llama la atención la debilidad de
la reacción política internacional. La alianza entre la economía y la
tecnología termina dejando fuera lo que no forme parte de sus interese
inmediatos.
7.
Diversidad de opiniones. En un extremo están los que
defienden el mito del progreso y afirman que los problemas ecológicos se
resolverán simplemente con nuevas aplicaciones técnicas, sin consideraciones
éticas ni cambios de fondo. En otro extremo, los que ven al ser humano como una
amenaza y que sólo puede perjudicar al ecosistema mundial.
Basta mirar con sinceridad para ver que
hay un gran deterioro de nuestra casa común. La esperanza nos invita a
reconocer que siempre hay una salida, que siempre podemos reorientar el rumbo,
que siempre podemos hacer algo para resolver los problemas. “Si la mirada
recorre las regiones de nuestro planeta, enseguida nos damos cuenta de que la
humanidad ha defraudado las expectativas divinas”.