Este verano, los
visitantes podrían notar algo diferente a sus pies en el centro comercial más
grande de Europa: veinte baldosas verdes adornarán el exterior del del
Westfield Stratford City, cercano al estadio Olímpico de Londres.
Sin embargo, las
baldosas no son solamente decorativas, están diseñadas para obtener energía de
los 40 millones de peatones que se calcula que pasearán por la zona al año,
generando cientos de kilovatios por hora de electricidad que permitirán
encender la mitad de la iluminación exterior del centro comercial.
Las baldosas son
fabricadas por Pavegen Systems, una
nueva empresa inglesa lanzada en 2009 por Laurence Kemball-Cook, un londinense
de 26 años que tuvo la idea cuando estudiaba diseño industrial y tecnología en
la Universidad de Loughborough. Las baldosas, de 45 x 60 centímetros, están
pensadas para zonas en las que se concentra mucha gente, como estaciones de
tren, de metro, de autobús, aeropuertos, colegios y centros comerciales. La
energía generada por millones de pisadas puede ser utilizada en múltiples
aplicaciones, como iluminación de señales, anuncios digitales o zonas Wi-Fi.
En Reino Unido y
Europa se han llevado a cabo casi 30 proyectos de Pavegen, tanto permanentes
como temporales. Desde hace dos años cuatro de estas baldosas, colocadas en la
Simon Langton Grammar School para chicos, cerca de Canterbury, obtienen energía
de las pisadas de sus 1.100 estudiantes para mantener la iluminación del
pasillo. Igualmente, han sido de utilidad en festivales de música para cargar
teléfonos móviles y encender luces de tecnología LED.
Ahora Pavegen se ha
asociado con Siemens,
la empresa de tecnología alemana, para instalar sus baldosas en la Federation
Square de Melbourne (Australia); y tienen planes para una estación de tren en
Londres y un centro comercial de Atenas. El interés por esta tecnología también
va en aumento en Estados Unidos. Varios colegios están pensando en instalar las
baldosas y Kemball-Cook afirma que agencias del gobierno se han mostrado
interesadas en su tecnología.
La energía de
las pisadas
Kemball-Cook tuvo
la idea de las baldosas cuando trabajaba en una empresa de electricidad como
parte de sus estudios universitarios. Debía estudiar la posible aplicación de
energía solar y eólica en las ciudades, pero llegó a la conclusión de que
ninguna de las dos encajaba en zonas urbanas. Entonces pensó que debería
aprovecharse la energía generada por las personas.
En 2009, participó
con su proyecto en una muestra de tecnología y atrajo gran atención mediática,
lanzándose así a crear su propia empresa. La inversión inicial, de 800.000
dólares, vino de su familia, amigos y el banco de inversión Renaissance Capital
Partners. Desde entonces, Pavegen ha obtenido financiación adicional de London
Business Angels.
Una vez que las
baldosas Pavegen convierten la energía en electricidad, el 5% se utiliza para
iluminar el logo LED de las propias baldosas, y el 95% puede ser directamente
utilizado o almacenado para un uso posterior. Pavegen está en la actualidad
trabajando en un nuevo sistema que alimentará directamente la red eléctrica.
Las baldosas son resistentes al agua, por lo que pueden soportar lluvia, nieve
y hielo; y las pruebas efectuadas han demostrado que podrían durar al menos
cinco años, pero Kemball-Cook afirma que lo ideal sería que duraran 20.
Las baldosas están
diseñadas para reducir al mínimo la huella de carbono. El revestimiento
superior está hecho de goma reciclada de neumáticos y aproximadamente el 80% de
los polímeros utilizados para el resto de los componentes puede ser reciclado.
Un paso genera de media 7 vatios de electricidad, aunque depende del peso de la
persona, y cada paso empuja 5 milímetros hacia abajo la goma, diferencia
«imperceptible para los peatones», según Kemball-Cook.
Nuevas
aplicaciones de un antiguo concepto
La idea de
aprovechar la energía que se genera con las pisadas no es algo nuevo.
Otras empresas,
como Sustainable Dance Club y POWERleap fabrican productos similares utilizando
materiales piezoeléctricos. La piezoelectricidad, descubierta por primera vez en
la década de 1880 por Pierre y Jacques Curie, se produce cuando ciertos
cristales, como cuarzo, topacio o azúcar de caña, son sometidos a presión. Es
la base de los relojes de cuarzo y algunos sensores, incluidos los airbags de
los coches.
Kemball-Cook
considera la tecnología de Pavegen información protegida, por lo que no revela
si las baldosas se basan en piezoelectricidad ni describe con detalle su
funcionamiento. Afirma que se trata de tecnología híbrida y que «no hay nada
igual en el mercado». Por eso mismo declara que sus baldosas son 200 veces más
eficientes que cualquier otro producto rival.
Lo que sí está
claro es que las baldosas Pavegen han impresionado a los jurados de varias
competiciones: la empresa ha conseguido múltiples premios, incluso fue
finalista el año pasado del Shell* LiveWIRE Grand Ideas Award y obtuvo el
Observer Ethical Award en 2011.
Las baldosas
también dejaron impresionado a Matthew Baxter, director de la Langton Grammar
School, que afirmó que «sus escandalosos alumnos» las han puesto a prueba
durante los últimos dos años. Al principio fueron una novedad y los alumnos no
dejaban de saltar y correr sobre ellas, pero ahora se han convertido en parte
de la escuela y en algo que les anima a pensar en energías limpias. «Han
despertado en ellos interés por la tecnología sostenible», afirma Baxter.
Los costes, sin
embargo, representan un problema. Al igual que el resto de las tecnologías
«verdes», las primeras baldosas Pavegen no eran baratas.
Kemball-Cook afirma
que su precio bajó un 70% el año pasado, aunque no quiso divulgar el precio
actual, puesto que afirma que cambia con rapidez. Pavegen se ha asociado con un
fabricante cerca de Brighton (Inglaterra) y espera sumar socios por toda
Europa. Kemball-Cook está convencido de que cada baldosa podría llegar a costar
50 dólares cada una.
Pavegen se ha
centrado en primer lugar en aplicaciones de baja potencia, aunque Kemball-Cook
prevé grandes instalaciones que podrían satisfacer una fuerte demanda.
Por ejemplo, cree
que sus baldosas podrían generar toda la energía necesaria en un festival de
música. En última instancia le gustaría que las baldosas Pavegen fueran algo
permanente en zonas urbanas de todo el mundo, convirtiendo así las ciudades en
plantas eléctricas.
«Ése es mi sueño»,
y espera cumplirlo paso a paso.
By Laura Cerezo
Una ingeniosa idea. Creo que habría que promoverla por muchos más países y que se lleve a cabo!
ResponderEliminarEso lo había escuchado en algún lugar, y me parece una muy buena medida. para mejorar el ahorro de consumo.
ResponderEliminarQué idea más original
ResponderEliminarIngeniosa e innovadora idea, la deberían poner en todos los centros comerciales y más sitios, como plazas, parques, etc. Es una sencilla forma de generar energía.
ResponderEliminarMe parece una idea muy buena y original de generar energia. Ojalá pusieran algunas en España o incluso en el instituto !
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